Porque los niños y niñas juegan a ser grandes y la importancia que tiene para ellos;

La imitación es la emulación de conductas, jugar “a ser grandes” no es simplemente un juego, porque el niño aprende a través de esta imitación. El niño/a observa, imita y aprende haciéndolo con mucha naturalidad y satisfacción. Utilizan toda su imaginación enseñándoles a tomar el lugar del otro, y promoviendo a crear muchas situaciones e historias que representan en su juego.

Imitar roles sociales es necesario para el desarrollo del niño/a, asimilando la realidad, roles y comportamientos de los mayores, aprenden a desenvolverse en el futuro. Consolidan su identidad, contribuye al proceso cognitivo y a crecer intelectualmente.

A partir de los dos años, en la etapa preescolar la imitación es una característica que sobresale. Mediante este tipo de juego ellos asumen roles de personas que admiran, que tienen como modelo, generalmente los padres y madres o las personas que los cuidan, que son con los que conviven y los que están más cerca de ellos. Este aprendizaje por observación e imitación no es exclusivo de la edad preescolar, sino que a esta edad se inicia con fuerza, pero se continua dando toda la vida, pero como su entorno habrá cambiado, los modelos ya no serán los padres y madres, sino probablemente amigos, conocidos, personajes que admiran, es decir ellos mismos seleccionarán a los modelos por determinadas características que los hayan impactado.